lunes, 15 de junio de 2015

En nombre de nuestra amada tierra



Los últimos acontecimientos acaecidos en el sur del país han hecho que sintamos vergüenza ajena por la acción delictiva de desadaptados que no quieren al país, y que se han dedicado a sabotear inversiones en el sector minero, capital que iba a generar más puestos de trabajo y, por ende, permitir el crecimiento del poder adquisitivo de la población.
Los intereses personales y del bolsillo primaron en estas personas, cuyas acciones obligan a pensar en la necesidad de hacer ajustes a nuestra legislación sobre eltratamiento que deben tener los violentistas.
En la actualidad, los llamados defensores del medioambiente se movilizan por el país para crear un conflicto so pretexto de cuidar el ecosistema y los derechos de las comunidades nativas y campesinas. ¿Por qué estas ONG y sus protegidos no han acudido a la Selva para evitar que inescrupulosos sigan talando árboles en lugares protegidos por el Estado? También han guardado un silencio cómplice con las minas clandestinas que operan en Madre de Dios, contaminando la flora y fauna de nuestra selva.
Revisando los diferentes medios periodísticos, pudo observarse los disturbios ocasionados por elementos antimineros.
Esta clase de noticias que se difunden en el extranjero nos hace mucho daño porque los inversionistas van a pensar dos veces más antes de decidir por el Perú y arriesgar sus capitales.
Este sabotaje es propiciado por seudodirigentes, como aquel que quiso negociar el levantamiento del paro que impulsó en la región Arequipa, quien también llevó con mentiras a agricultores de la zona. Similar estrategia se presentó en Huancavelica, hace tres años, cuando atacaron el asentamiento minero Pampamali, de inversionistas nacionales. Los que asaltaron el proyecto minero fueron denunciados y, hasta el momento, no han recibido castigo alguno.
Por ello, preocupa que algunas autoridades regionales les sigan el juego a dirigentes que en el fondo defienden únicamente intereses particulares, prostituyendo, de esta forma, la lucha. No debemos olvidar que existen disposiciones del Estado para que haya una minería responsable y de protección del medioambiente.
Sin duda, este desconocimiento ha sido aprovechado por seudodirigentes, que dan la impresión que han venido viviendo años de la ignorancia del pueblo agrícola porque situación similar ocurrió en Cajamarca, donde sabotearon el proyecto minero Conga.
Desde aquí hacemos un llamado a que las informaciones sobre la minería y las últimas disposiciones de protección al medioambiente se brinden a detalle a los pobladores que se dedican a la agricultura y a la ganadería; de esa manera, conocerán bien sus derechos y no serán sorprendidos por personas con marcados intereses particulares, convirtiéndose en carne de cañón cuando se produce esa clase de movilizaciones.