viernes, 2 de mayo de 2014


Día Mundial del Trabajo








El Día internacional del Trabajo celebrado el 1 de Mayo, es la fiesta también del Movimiento Obrero Mundial. Desde su establecimiento, el Día del Trabajo es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago que fueron ajusticiados por su participación en las jornadas de lucha por consecución de la jornada laboral de ocho horas, que culminaron con la huelga del 1 de mayo de 1886, en los Estados Unidos.
Durante la huelga aconteció la Revuelta de Haymarke, en Chicago donde la policía enfrentó a los trabajadores, y una bomba produjo la muerte de varios policías.
La Segunda Internacional instituyó el "Día Internacional del Trabajador" en julio de 1889, para conmemorar los hechos acaecidos en mayo de 1886. Esta reinvidicación fue adoptada por la Asociación Internacional de Trabajadores. El Congreso de París de la Segunda Internacional estableció celebrar el Día del Trabajador, el 1 de mayo de cada año.

Las cifras laborales del Perú en el Día del Trabajo


Si bien aún persisten problemas en el mercado laboral peruano, algunos de ellos muy serios, el crecimiento económico está llevando a la paulatina formalización delempleo en el Perú, indicó el INEI.

Casi cinco millones de peruanos accedieron a un empleo adecuado en los últimos diez años, reportó al Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) a propósito del Día Mundial del Trabajo, que se celebra hoy, 1 de mayo.
El ente emisor lanzó diversos cuadros con las cifras más saltantes para analizar la evolución de los indicadores de empleo entre 2004 y 2013. Estos son:
-Más de 2 millones de peruanos ingresaron a la PEA.
-La población ocupada creció en 20%.
-Más de 2 millones de peruanos dejaron de ser subempleados.
-El empleo adecuado crece en 161%.
-Más de 3 millones 600 peruanos de 25 a 59 años obtuvieron un empleo adecuado.
-Mayor inclusión de los adultos mayores a la fuerza laboral adecuadamente empleada.
-El ingreso promedio sube en 15.8%.
-El subempleo disminuye en 23.3%
-Más de 1 millón y medio de peruanos de 25 a 59 años dejaron de ser subempleados.
-El ingreso promedio del subempleado sube en 14.7%
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-El desempleo disminuye en 11.8%
-El desempleo disminuye con mayor énfasis en los peruanos de 45 años a más.
-El tiempo destinado a la búsqueda de empleo disminuye de 4.7 semanas 3 y media.
-El 49.8% de la población adecuadamente empleada, labora en las actividades de comercio, manufactura, construcción, agricultura, pesca y minería.
-El ingreso promedio mensual nacional de la población adecuadamente empleada fue de S/. 1,766.7.
-El 64% de la población adecuadamente empleada cuenta con un seguro de salud. Mientras que más del 53% están afiliados a un sistema de pensiones.
-El 73.4% de la población subempleada, labora en las actividades de agricultura, pesca y minería, comercio, manufactura y construcción.
-El 60% de la población subempleada cuenta con un seguro de salud. Mientras que solo el 11.7% están afiliados a un s

Por qué se celebra el Día del Trabajador

El reclamo de los trabajadores era claro: un pedido de reducción de la jornada laboral a 8 horas, cuando lo "normal" era trabajar entre 12 y 16 horas. La protesta, llevada a cabo inicialmente por 80.000 trabajadores, pronto desembocó en una poderosa huelga nacionalque afectó a numerosas fábricas de los Estados Unidos. La fuerza demostrada por los obreros en su reclamo marcó un antes y después en la historia de todos los trabajadores, instaurándose aquella fecha como el "Día del Trabajador".
El 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador en homenaje a los llamados Mártires de Chicago, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886. Ese mismo año, la Noble Order of the Knights of Labor, una organización de trabajadores, logró que el sector empresarial cediese ante la presión de las huelgas por todo el país.
Entonces, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó la Ingersoll estableciendo ocho horas de trabajo diario. Como los empleadores se negaron a acatarla, los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo, que comenzó con una manifestación de más de 80.000 trabajadores liderados por Albert Pearsons.
Ese movimiento había sido calificado como "indignante e irrespetuoso", "delirio de lunáticos poco patriotas", y manifestando que era "lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo".
A partir de allí, el conflicto se fue extendiendo a otras ciudades norteamericanas, logrando que más de 400.000 obreros pararan en 5.000 huelgas simultáneas. La magnitud del conflicto causó preocupación al gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el inicio de una revolución anarquista.
Sin embargo, la fábrica Mc. Cormik de Chicago no reconoció la victoria de los trabajadores y el 1º de mayo de aquel año la policía disparó contra los manifestantes que, a las puertas de la fábrica, reivindicaban el nuevo acuerdo. Durante los siguientes días murieron más trabajadores, hasta que el día 4 una bomba estalló contra las fuerzas policiales, suceso conocido como "el atentado de Haymarket".
El 21 de junio de 1886 comenzó el juicio a 31 obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto. Todos fueron condenados, dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca. La culpabilidad de los condenados nunca fue probada.
En la actualidad, muchos países rememoran el 1º de mayo como el origen del movimiento obrero moderno. Hay algunos que no lo hacen –en general, países de colonización británica–, como Estados Unidos y Canadá, que celebran el Labor Day (Día del Trabajo) el primer lunes de septiembre; Nueva Zelanda, el cuarto lunes de octubre.
En Australia, cada estado federal decide la fecha de celebración: el primer lunes de octubre en el territorio de la capital australiana, Nueva Gales del Sur y Australia Meridional; el segundo lunes de marzo, en Victoria y Tasmania; el primer lunes de marzo, en Australia Occidental; y el 1º de mayo en Queensland y el Territorio del Norte.
En 1954 el papa católico Pío XII apoyó tácitamente esta jornada de memoria colectiva al declararla como festividad de San José Obrero. Últimamente se viene denominando a este día como Día Internacional del Trabajador.
En Portugal, esta fecha se comenzó a celebrar libremente tras el triunfo de la Revolución de los Claveles el 25 de abril de 1974. Mientras que en las grandes ciudades se realizan manifestaciones promovidas por los sindicatos como la Inter-CGT (Confederación General de Trabajadores Portugueses - Inter) o la Confederación Sindical de UGT (Unión General de Trabajadores), en otros lugares como en el Algarve se acostumbra realizar comidas campestres.


Dia deTrabajo el 1° de mayo

A diferencia de lo que ocurre en casi todos los países del mundo, los estadounidenses lo festejan en septiembre; las razones de esta peculiaridad
 
 
En casi todos los países del mundo, el 1° de mayo es el Día del Trabajo o Día Internacional de los Trabajadores, ya que se conmemora el inicio de una huelga de los obreros estadounidenses en 1886, en demanda al respeto a la jornada de ocho horas.
Paradójicamente, en Estados Unidos, el Labor Day se celebra en septiembre.
Realmente, la fecha fue instaurada en París en 1889 por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, inspirado en los sucesos de Chicago ocurridos tres años antes.
La jornada de ocho horas fue motivo de lucha de los trabajadores desde los inicios de la revolución industrial y, de hecho, ya en 1868 el presidente estadounidense Andrew Johnson la convirtió en ley, pero no todos los estados la adoptaron ni todos los empleadores la observaron, por lo que el movimiento siguió.
Chicago, actualmente la tercera ciudad más grande del país, fue un importante epicentro de la industrialización estadounidense gracias al desarrollo del ferrocarril, por lo que recibió una considerable cantidad de migrantes en busca de empleo.
Eric Arnesen, profesor de Historia en la Universidad George Washington, explicó a BBC Mundo lo que ocurrió en Chicago, que desembocó en lo que ahora recordamos cada 1° de mayo en el resto del mundo.

OLA DE HUELGAS

"Chicago estaba abrumado por una ola de huelgas por la jornada de ocho horas, miles de trabajadores en las calles, la policía respaldaba a los empleadores, y hasta les dispararon a los trabajadores", relata Arnesen refiriéndose a la huelga iniciada el 1° de mayo de 1886.
 
Ilustración de la marcha de trabajadores en Nueva York el 5 de septiembre de 1882. Foto: Archivo 
 
"El 3 de mayo los anarquistas, llamados revolucionarios socialistas, realizaron una manifestación al anochecer en Haymarket Square", agrega. "Justo al terminar, la policía rodeó a la multitud y algo ocurrió: alguien arrojó una bomba que mató a varios policías, hubo un tiroteo, los anarquistas se dispersaron, fueron perseguidos por la policía, fueron juzgados y condenados y varios de ellos ejecutados por sus crímenes".
El movimiento obrero reivindicó a los ejecutados como "mártires de Chicago", homenajeados en los países que celebran el Día del Trabajo el 1° de mayo. Pero la discrepancia en la fecha de celebración del Día del Trabajo antecede a los sucesos de 1886, cuenta Arnesen.

SEPTIEMBRE, NO MAYO

"La fecha clave es 1882, cuando el sindicato central de trabajadores de Nueva York declaró una especie de feriado laboral con una gran marcha en la ciudad, de entre 10.000 y 20.000 trabajadores con pancartas, ante un cuarto de millón de personas, según algunos relatos", afirma.
"Se escogió el 5 de septiembre para coincidir con la reunión de los Caballeros del Trabajo, que era la federación laboral más progresista. La federación sindical lo repitió al año siguiente y en 1884 lo fijaron para el primer lunes de septiembre", añade. "Esto es completamente independiente de las huelgas realizadas a fines del Siglo XIX".
No sólo eso, sino que los Caballeros del Trabajo se distanciaron de los sectores involucrados a la violencia de Haymarket, pese a que sufrieron las consecuencias también, siendo objeto de medidas represivas.
En 1887, el presidente estadounidense Grover Cleveland estableció el Día del Trabajo en septiembre como feriado oficial en EE.UU., siguiendo la celebración de los Caballeros del Trabajo y para evitar que el 1° de mayo sirviera como glorificación de los "mártires de Chicago".
"En EE.UU. celebraban el 1° de mayo sindicalistas radicales, miembros del partido socialista de los trabajadores y del partido comunista, identificados como parte de la izquierda internacional", dice Arnesen. "Pero el grueso del movimiento laboral no se identificaba con la izquierda radical, por lo que escogieron otro día".

TRABAJADORES INMIGRANTES

¿Qué representa hoy en día el 1° de mayo en EE.UU.? Para Gonzalo Salvador, representante de la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO por sus siglas en inglés), la mayor central obrera del país, la fecha ha recobrado su significado.
"Desde las revueltas en Chicago, el 1° de mayo no tenía mucha significación y fue prácticamente ignorado hasta 2006", comentó a BBC Mundo.
"Gracias a los inmigrantes ahora en EE.UU. el 1° de mayo se dedica a los trabajadores inmigrantes, porque en el 2006 hubo protestas y manifestaciones en todo el país donde salieron millones de inmigrantes a exigir sus derechos", agrega.
"Lo que hacemos aquí en la central sindical es organizar eventos para abogar por una reforma migratoria. En inglés le llamamos May Day".
¿Podría celebrarse el 1° de mayo en EE.UU.? "Francamente no", responde Salvador. "Desde 1955 siempre se ha reconocido el primer lunes de septiembre como el Día del Trabajo", señala.
"Es una tradición estadounidense y un consenso con el que generaciones enteras han crecido", concluye. "Estoy seguro de que si le pregunta a la mayoría de estadounidenses por el Día del Trabajo, no van a tener idea sobre el 1° de mayo como lo es en otros lados".

ASADO Y DEPORTES

Muchos estadounidenses celebran el Día del Trabajo en septiembre con parrilladas y torneos deportivos.
"Eso es parcialmente correcto", dice el profesor Arnesen. "Pero el movimiento laboral estadounidense no está en un buen momento; el porcentaje de trabajadores sindicalizados se ha reducido dramáticamente, es una fuerza que ha sido muy golpeada en las últimas décadas".
"Todavía hay desfiles, todavía hay manifestaciones, todavía hay una dimensión política en el Día del Trabajo, al menos en las mentes de los dirigentes sindicales y miembros de base, que no debería ignorarse", añade. "Pero los estadounidenses en su mayoría no están sindicalizados y para ellos, su dimensión política no es importante, es simplemente un feriado".
"Es parte de un feriado largo de tres días, el final del verano, el inicio de la temporada política y sí, van a ver béisbol, hacer barbacoas, ir a la playa", comenta Arnesen.
"Pero el movimiento laboral existe -debilitado como está- y para los trabajadores sindicalizados sigue siendo una ocasión para destacar los asuntos políticos más grandes sobre lo que algunos dirigentes llaman la 'guerra contra los trabajadores', pese a que el feriado haya perdido parte de su significado entre la ciudadanía"..

miércoles, 30 de abril de 2014

Aprueban proyecto de ley que prohíbe reelección de presidentes regionales
Incluye también a alcaldes provinciales y distritales
Foto principal
Por:  Heriberto Chullo
 La Comisión de Constitución del Congreso aprobó hoy el proyecto de ley que prohíbe la reelección inmediata de los presidentes regionales y los alcaldes provinciales y distritales al término de su periodo.

La propuesta –sancionada por mayoría con el único voto en contra de Luis Bedoya (PPC-APP) y la abstención de Santiago Gastañadui (GP)- establece para tal fin la modificación de los artículos 191 y 194 de la Constitución Política del Perú.
 
El presidente del referido grupo de trabajo, Omar Chehade (GP), indicó que esta medida, de ser ratificada por el pleno del Congreso, tendrá una aplicación efectiva recién a partir de los comicios regionales y municipales de 2018, ya que los más próximos –programados para octubre este año- ya fueron convocados.
 
“Además, no hubiera podido aplicarse para las próximas elecciones, pues, por tratarse de una reforma constitucional, tiene que aprobarse en dos legislaturas ordinarias sucesivas”, anotó.
 
El parlamentario argumentó que una norma como esta es necesaria para evitar que se utilicen recursos públicos a fin de promover la reelección de las autoridades regionales y municipales.
 
La aprobación de la iniciativa se dio tras un prolongado debate. En la sesión estuvo presente el presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales  y titular del gobierno regional de Ica, Alonso Navarro, quien expresó una posición contraria al tema.
 
Durante la discusión, la congresista fujimorista Luz Salgado planteó que en una disposición complementaria se precisara que esta norma se aplicaría recién para lo que compete al proceso electoral regional y municipal de 2018.
 
Tanto ella, como el aprista Javier Velásquez, expusieron sus reparos a la iniciativa, pero terminaron votando a favor de su aprobación, “con reservas”.
 
Por su parte, Jaime Delgado, de Gana Perú, señaló que a esta medida también deben de añadirse otras destinadas a mejorar los sistemas de contrataciones en los gobiernos  regionales, si es que el objetivo es vigilar mejor el uso de los fondos asignados a estas dependencias.
 
Sin embargo, su compañero de bancada Santiago Gastañadui, pidió que, antes de dictaminar el proyecto, se hagan las consultas del caso al Jurado Nacional de Elecciones y a la Asociación de Municipalidades del Perú.

A esto, Chehade respondió recordando que hace siete meses se pidió una opinión al máximo ente electoral, sin que hasta el momento se haya dado una respuesta.
 
La votación final concluyó con trece adhesiones a favor del proyecto de ley, una abstención y un voto en contra.
 

lunes, 28 de abril de 2014

El santo del cambio


1. Juan XXIII era visto como un
1. Juan XXIII era visto como un "Papa de transición", pero demostró vocación por las reformas.

El mundo católico mira hoy con interés a Juan Pablo II, ante su inminente canonización. Pero Juan XXIII, el otro por canonizar, fue el verdadero Papa crucial.
Texto: Ramiro Escobar La Cruz
Fotografía: Agencias Ap y Reuters
 
No hizo cuchucientos viajes alrededor del mundo. Tampoco era tan mediático, ni compuso una obra de teatro, ni escribió abundantes libros, ni –que se sepa– practicaba deportes. Era simple, llano y anciano cuando el 28 de octubre de 1958 fue elegido por un cónclave que, se dice, como otras tantas veces buscaba un “Papa de transición”.
Es decir, un Pontífice que no moviera el tablero terrenal ni espantara al escurridizo Espíritu Santo. Angelo Giusseppe Roncalli, sin embargo, apenas ingresó al trono de Pedro se convirtió, en efecto, en alguien que promovió un tránsito, algo inusual y dramático, en la Iglesia Católica Romana, la más vetusta y sólida institución humana.
“Antes de Juan XXIII las misas se daban de espaldas, eran en latín y la homilía era muy apagada”, cuenta un cura que tuvo ojos para verlo y que incluso estuvo en Roma por esos años de insólita metamorfosis eclesial. Los laicos tenían escasa influencia, el diálogo con otras confesiones era limitado y la jerarquía tenía un peso sideral.
Pero acaso lo más importante, lo que provocó un giro sustancial –que aún no termina por cierto– es que el catolicismo comenzó a hablar más claramente de su cercanía a los pobres y a dialogar, en serio, con la modernidad. Es a partir del llamado ‘Papa bueno’ que se aligera la brecha entre la razón y la fe, y el ecumenismo cobra real viada.
Esas puertas cerradas durante siglos se empezaron a abrir lentamente cuando el 25 de enero de 1959, tres meses después de su elección, Roncalli convocó el Concilio Vaticano II, que reunió a todos los obispos del planeta. Y que incluyó –cosa sorprendente para la época– a observadores de otras confesiones.
Lo que hizo el Concilio fue airear los intramuros de la Iglesia Católica, luego de un período en el cual la humanidad había sufrido, en carne y muerte propias, dos guerras mundiales. Según Rolando Ames, ex senador de la República y laico entendido en temas eclesiales, era una manera de responder al shock que estos enfrentamientos causaron.
Para el jesuita Víctor Codina había, además, asuntos urgentes que fueron removidos y que aparecen en las ‘Constituciones’ Gaudium et Spes y Lumen Gentium, dos documentos producidos durante la gran cumbre católica. Entre ellos, hacer que la Iglesia pase de estar “comprometida con el poder", a ser “enviada a evangelizar a los pobres”.
El aura de lo que luego sería la teología de la liberación, tal vez la corriente más progresista de la Iglesia, ya estaba allí. El trabajo que –en diversos confines del orbe, angustiado de posguerra– hacían curas y monjas que entendían su fe como un servicio a la justicia, había encontrado, finalmente, un cable en el Vaticano y en el propio Papa.
Juan XXIII, por si no fuera suficiente, también se planteó el tema de los anticonceptivos, un ítem que en sus tiempos provocaba aún más resquemores que en el presente y no había avanzado tanto en los predios científicos. Formó con ese fin una “Comisión para el estudio de los problemas de población, familia y natalidad”.
No sobrevivió al trabajo final de este equipo, como tampoco a las conclusiones del Concilio, pues falleció, de un cáncer gástrico, en 1963  (Vaticano II culmina en 1965, con Pablo VI). Hay controversia sobre lo que paso después, con todos sus intentos reformadores, pero lo claro, lo crucial, es que fue él quien los puso en la cancha.
El Papa Roncalli, por añadidura, mantuvo buenas relaciones con líderes mundiales no afectos al catolicismo, como el soviético Nikita Jruschev. Se reunió también con rabinos, con lo que de alguna manera reciclaba una vieja amistad y entrega, que plasmó durante la II Guerra Mundial, cuando salvó del holocausto a miles de judíos.
Lo hizo siendo delegado apostólico en Turquía y facilitando el paso a Oriente Medio de muchos de ellos. Antes, había tenido el mismo cargo en Bulgaria, donde llevó la fiesta en paz con los ortodoxos. Tenía, por todo eso, vasta experiencia diplomática, en medio de su sonrisa bonachona y su aire informal, un poco al estilo del Papa Francisco.
¿Se parecen ambos? En algo. Juan XXIII era de origen campesino modesto, mientras que Bergoglio es un hombre de ciudad. Pero ambos parecen coincidir en que, cuando les tocó el Papado, procuraron ventilar el cotarro católico, sacudir dogmas, aun cuando, ayer y hoy, dentro y fuera del Vaticano, hubo quienes los resistieron y los resisten.
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domingo, 27 de abril de 2014

El santo de los humildes

Domingo Tamariz Lúcar. Periodista

Como ninguna otra ciudad de América y tal vez del mundo, Lima se precia de haber albergado a cinco santos en el primer siglo de su fundación. Uno de ellos fue san Martín de Porres, patrón universal de la paz.

Desde muy niño supe de su vida y grandeza espiritual debido a que mi padre fue uno de sus grandes devotos. Tanto que en mayo de 1962, cuando fray Martín fue declarado santo por Juan XXIII, fue uno de los peregrinos peruanos que viajó a Roma para presenciar su canonización.

Martín de Porres nació en Lima el 9 de diciembre de 1579, o sea cuando apenas habían transcurrido 44 años de la fundación de la Ciudad de los Reyes. Fue hijo ilegítimo de Juan Porres, un hidalgo español venido a menos, y de la negra liberta Ana Velásquez, vecina de Lima y natural de Panamá.

Recibió el bautizo en la iglesia de San Sebastián –que hasta hoy existe–, en la misma pila y por el mismo párroco que sacramentó a santa Rosa de Lima. Y en esa suerte, años más tarde, lo confirmó en la fe santo Toribio de Mogrovejo.

Creció al lado de su madre hasta los 7 años, edad en la que su padre lo llevó temporalmente a Guayaquil. De regreso a Lima vivió en el barrio de Malambo, en casa de Isabel García Michel, mujer de condición modesta. Al lado de ella, aprendió a leer y escribir, y a los 12 años de edad entró a trabajar en la botica de Mateo Pastor (yerno de doña Isabel), donde se adiestró en la elaboración de pócimas y pomadas. Otros biógrafos refieren que vivió al lado de su madre, y en ese azar aprendió el oficio de barbero y algunos conocimientos de medicina mediante el trato con un médico. Una tercera versión afirma que a los 8 años fue adoptado por un noble español que se encargó de su educación.

En lo que sí no hay dudas es en que desde niño dio muestras de su profundo amor por Dios. Empujado por esa fuerza interior, a los 15 años ingresó en la Orden de Santo Domingo en calidad de donado, es decir, como terciario por ser hijo ilegítimo, y 9 años después hizo la profesión como hermano lego. En ese devenir, en 1606 se convirtió en fraile y profesó los votos de pobreza, castidad y obediencia.

En el convento fue campanero y logró fama por su intensa religiosidad y amor al prójimo. Dormía muy poco, apenas tres o cuatro horas. Su manutención era frugal en extremo: no comía carne, solo caldo con algunas verduras, y aun así no lo comía todo “porque guardaba de allí la mitad para dar a sus pobres”.

En el convento también hizo de barbero, sangrador y sacamuelas. Todo lo que había aprendido como herbolario en su juventud hizo de Martín un curador de enfermos, en especial de los más pobres. Su fama se extendió rápidamente por toda la ciudad y, en ese destino, la gente más necesitada acudía a verlo masivamente. Su asistencia era variada: tomaba el pulso, vendaba, entablillaba, sacaba muelas, suturaba, succionaba heridas sangrantes y curaciones, que realizaba con una destreza admirable.

Además, sentía un cariño enternecedor por los animales, particularmente por los perros, gatos y roedores. Y en esa pasión, logró hermanarlos, al punto que, gracias a él, “comieron en un plato perro, pericote y gato”.

No se sabe cómo, pero varias veces –afirman sus biógrafos– estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, en una bilocación sobrenatural.

Los religiosos de la ciudad iban de sorpresa en sorpresa, por lo que el superior de la orden le prohibió realizar acciones extraordinarias sin su consentimiento. Un día, cuando regresaba al convento, un albañil gritó al caer del andamio; fray Martín le hizo señas y corrió a pedir permiso al superior, y este y el susodicho quedaron cautivados por su docilidad.

Fue vidente, conocía el pasado y el porvenir. Sabía cuándo alguien iba a fallecer; él mismo predijo su partida. Cuando se acercaba el final, pidió a los religiosos que le rodeaban que entonaran el Credo. Mientras lo cantaban, entregó su alma a Dios. Era el 3 de diciembre de 1839. Su muerte conmovió a la ciudad. Había partido a la eternidad el hermano y el enfermero de todos.

“Contra todo lo que se cree, no hizo milagros en vida, por lo menos grandes milagros, pero protagonizó hechos extraños”, dice el historiador Antonio del Busto Duthurburu.
Su culto se extendió prodigiosamente. En ese devenir, Gregorio VI lo declaró beato en 1837, y 125 años después, en mayo de 1962, fue canonizado por Juan XXIII.
San Martín de Porres y santa Rosa de Lima son hoy los santos peruanos más venerados en toda la redondez de la Tierra.